Arco de Alozaina

A lo largo de la Edad Media surgen los actuales núcleos de población regidos por los almorávides, almohades y, por último, nazaríes. Todos ellos dejaron su sello en los castillos, el urbanismo, la tipología de las viviendas, las acequias y albercas, los bancales y otros muchos elementos que aún hoy día son seña de identidad de estos pueblos.

Esta gran arquería de piedra de tres cuerpos, todos de herradura, y el central más grande que los dos laterales, se construyó a mediados del siglo XX para conmemorar el pasado árabe de la villa, convirtiéndose en pórtico de entrada al pueblo, dándonos paso a una estructura urbanística eminentemente musulmana, sobre todo en su parte más antigua.

Estas calles son pendientes, laberínticas y estrechas, a veces sin salida, con relucientes fachadas blancas y escondidos rincones, dominados por vistosas y llamativas flores.

En las zonas antiguas aún predominan las casas tradicionales. Por un lado, las más señoriales, construidas por lo general en plazas o calles principales, de dos o tres plantas, amplia portada y ventanas y balcones con bellos enrejados. Por otro, las más humildes, no superando las dos plantas, ambas de poca altura. En la fachada suele llamar la atención el pequeño tamaño de las ventanas que, al igual que los gruesos muros, tiene como finalidad mantener la vivienda aislada.

Al lado de estas viejas casas surge de cuando en cuando algún pequeño monumento o algún vestigio, recuerdo de un larga historia.

Horario de visita: todo el año.

Localización: C/ Calvario s/n. Alozaina

 

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